Foto: Sofia Castensson
Si de toda crisis salen oportunidades, ésta es la del chef Manuel Núñez que, junto a sus socios Rocío Rodríguez y el también cocinero Carles Ramon, acaba de abrir Besta en el Eixample de Barcelona. La ciudad condal acoge a Núñez desde hace años. Allí llevaba las riendas de Arume -que no abandonará, pero con menor presencia- y fue precisamente en ese restaurante donde conoció a su ahora socio. Desde el principio todo fluyó entre ellos, quizá porque uno es gallego de nacimiento y catalán de adopción y el otro, a la inversa. El concepto gastronómico de Besta tiene la raíz, precisamente, en esa dualidad mediterráneo-atlántica. “A los dos nos gustan esos caminos cruzados y ello se materializa ya en la despensa”, explica Manuel. Y es que, por encima de las elaboraciones, los caracteres atlántico y mediterráneo de Besta vienen marcados por el producto, que procede de ambas latitudes. “Nos sentimos cómodos en este camino -asegura Núñez- porque es el nuestro, no es marketing”. Al final, es el reflejo de sus respectivas trayectorias. “En Galicia se están haciendo cosas muy bien hechas -apostilla Ramon- y se trabajan productos que antes no se tocaban y aquí, en Barcelona, faltaba esa visión moderna de la cocina gallega” que ahora quiere aportar Besta. Y aunque el formato del local podría definirse como “gastronómico informal” o “neobistró”, con ambiente distendido y platos para compartir, “hay un trabajo profundo detrás, tenemos todos los detalles muy pensados”, apunta Núñez. Lecha (pez limón) de la lonja de la Barceloneta, escabeche de remolacha y zanahoria fermentada; Pulpito de roca a la brasa glaseado con jugo de callos o Tartar de carne ahumada son algunas de las propuestas que estrenan la carta de Besta, reducida y que promete ser “muy, muy, muy cambiante”, apunta Ramon. Y para acompañar, una bodega también dual. “Nuestra carta de vinos se divide entre los que tienen perfil atlántico y los de perfil mediterráneo. De los primeros, el 80% son gallegos y de los segundos, el 80% son catalanes”, explican. Y por qué no empezar con un cóctel en base a Gin Besta, la ginebra con lechuga de mar y ostra rizada que ha destilado en exclusiva para el local Carles Bonnin, de La Destilateca.