Sentarse mirando a la Puerta de Alcalá, en un ambiente sofisticado sumamente cuidado, con la mejor atención, un plato de jamón y queso recién cortados y una copa de vino de cualquier parte del mundo servida por alguno de los siete sumilleres de la plantilla. Esta experiencia de auténtico lujo es lo que ofrece Berria Wine Bar, una de las flamantes aperturas de este 2021 en Madrid que lleva la firma de un gallego. Y es que Tomás Ucha Altamirano ha sido el responsable de diseñar -junto a un equipo de profesionales procedentes de locales de referencia como Lavinia, Clos o Membibre- la carta de vinos. Una tarea ciertamente ilusionante, no exenta de noches en vela, pues el local abrió con 1.000 referencias y en pocos meses la amplió a 1.800. “El concepto es sencillo pero, a la vez, tremendamente increíble y divertido: una amplísima carta de vinos, de los que unos 60 los ofrecemos por copa, que rotan cada 10 días, acompañados en cocina del mejor producto”, explica Ucha. Y es que, aunque Berria sea un ‘bar de vinos’, la oferta sólida también está muy cuidada. Un cortador de jamón y queso en directo ofrece el mejor maridaje pero, además, de cocina salen platos con un marcado acento norteño. Y es que la propiedad es de origen cántabro y en el equipo de sumilleres, además de Ucha, encontramos otros dos gallegos que trabajaron con éste en Mugaritz: Mario Ayllón y Genaro Gallo. De ahí que Galicia esté sumamente presente. “Cuando mostré la propuesta de carta a mi jefe me dijo ‘Cómo se nota que sois gallegos’. Eso quiere decir que lo estamos haciendo bien”, apunta Ucha. El servicio es una seña de identidad de Berria “porque -explica el sumiller- para vender vinos de un determinado rango de precio necesitas gente que domine muchos conceptos como las añadas, la historia del vino y la calidad de éste”. Y la ambientación no se queda atrás, con recuerdos a los wine bar neoyorquinos: un escaparate amplio, con mucha luz, rodeado de cavas artesanales “que crean un ambiente que te invita a beber vino desde que entras”, apunta Ucha. El paraíso para cualquier ‘winelover’ en el que todos los públicos se sienten bienvenidos.