Hay lugares en los que nada más llegar uno ya percibe que los cinco sentidos, especialmente la vista, el gusto y el olfato, se agudizan. Éste es el caso de A Filoxera, una acogedora taberna situada en Padrón en la que el vino -acompañado por una interesante oferta gastronómica- es el auténtico protagonista. El artífice de este proyecto -que abrió sus puertas a finales de marzo- es Eduardo Blanco, un joven padronés, con formación en sumillería, que decidió convertir su pasión en su medio de trabajo. “A mí me gusta mucho el vino. Tuve un restaurante, pero al final no era lo mío porque en un restaurante prima más el tema gastronómico y lo mío es el mundo del vino”, reconoce Eduardo. Como resultado de ese afán nació A Filoxera, un local cuyo nombre recuerda aquella plaga histórica que asoló las vides europeas a principios del siglo XX. “La filoxera fue una enfermedad que casi acaba con el vino en todo el mundo. Era un insecto que entraba en la cepa y la comía. Por eso, como homenaje a todos esos vinos que no fueron decidimos llamar así a nuestro establecimiento, que ofrece vinos del mundo entero”, explica el sumiller, que tiene retratado a este nefasto insecto entre los tonos tierra de su ambientación interior. A Filoxera dispone de unas 300 referencias de vinos nacionales y del mundo -además de ofrecer una treintena de espumosos y champagnes-, pero lo interesante de este nuevo espacio es que “el visitante puede tomar cualquiera de nuestros vinos por copa”, reconoce el propietario; algo poco común en otras vinotecas. Como acompañamiento, el local ofrece una alternativa gastronómica fría a base de quesos artesanos, embutidos especiales y conservas, más otras opciones elaboradas como hamburguesas de vaca o de pollo de corral. Además, con cada botella de vino la casa regala a los clientes una tortilla pequeña para compartir. Para el final dulce el sumiller recomienda su contundente Coulant de chocolate o las Cañitas de crema y nata caseras. Todo ello en el interior del local (con capacidad limitada a una decena de personas) o lo que es mejor, aprovechando su inmensa y tentadora terraza de verano.